¡Ni un goro más en la Reserva!

Los «goros» son asentamientos de madera o piedra que se han ido construyendo en la Reserva para el disfrute egoísta e irresponsable de algunos usuarios. Estas estructuras, que se encuentran diseminadas tanto por la zona de exclusión como por la de acceso restringido, son utilizadas por los visitantes tanto para tomar el sol y hacer nudismo como para realizar prácticas sexuales públicas dentro de la Reserva.

Con la intención de recuperar las capacidades de uso de todos los visitantes se pretenden retirar los más de 300 goros que han sido identificados. La mayoría han sido formados a partir de la rotura las ramas de los tarajales y se estima en 1000 m3 la cantidad de madera a retirar. Esta cantidad de material seco presenta un serio peligro de incendio dentro de la Reserva. A parte, el uso de los asentamientos supone un foco de generación de basura y enfermedades.

Los operarios actúan sobre los goros equipados con motosierras y entre dos personas consiguen trocear y retirar bajo el sol de Maspalomas un goro cada dos horas.

Los únicos lugares por los que está permitido transitar dentro de la Reserva son los senderos balizados. En ningún caso está permitido permanecer para tomar el sol ni mucho menos construir estructuras que alteren el paisaje. Es importante respetar las normas de uso, ya que la Reserva Natural es un lugar de todos y del que todos tenemos el mismo derecho a disfrutar.